Reseña: Ghost in the Shell (1995)
"It's simple: Overspecialize, and you breed in weakness. It's slow death."
Cuando la gente dice que una película es "otra cosa", usualmente se le atribuye a la que sobrepasa la escala que el espectador le haya puesto antes de verla. Ghost In the Shell es la obra maestra por Mamoru Oshii porque rompió esquemas y fue completamente diferente a todo lo que existía en aquel momento. Hay una espiritualidad dentro de Ghost in the Shell que atrapa y mantiene al espectador en un trance durante la hora y media que corre. La estética cyberpunk del filme, influenciado por otra obra maestra llamada Blade Runner, impulsó extensamente nuestra cultura popular a tal nivel es imposible negar su impacto.
El manga por Masamune Shirow tendrá aquellos elementos ficticios comunes que hemos visto dentro del género de ciencia ficción, pero la narrativa y la escritura de la novela gráfica son más relevantes que nunca. Viviendo en un mundo pos-Inteligencia Artificial, la adaptación cinematográfica de Ghost in the Shell aparenta ser una carta de aviso para la humanidad, pero no de la forma en que pensaba. Su guion es denso y muy complejo para lograr apreciarlo la primera vez en su totalidad.
Ghost in the Shell tampoco teme en limitar expandir sus ideas centrales a una respuesta concreta porque confía que las emociones que sienta su público le dicten el significado de la película. Es gracias a esas decisiones en su narrativa que inspiró varias películas como The Matrix, Minority Report, Ex-Machina y otras. Oshii fue la clara inspiración para que estos cinestas nos proveyeran aquellas otras obras de artes.
Major Moto Kusanagi es de los personajes más cool en todo anime y cine. Siendo un ser completamente sintético, Major tiene una ventaja física y digital a la hora de tumbar la ola criminal que apodera Neo Port City. Lo peculiar de Major es en su búsqueda por respuestas sobre su propia existencia y su conflicto interno por las limitaciones que enfrenta al no ser 100% "humano". Claro es, Major sobrepasa a los seres humanos por sus atributos aumentados por maquinaria cibernética, pero no es lo que busca en su interior.
Estas preguntas influyen en el desarrollo de su personaje y atrae muchos puntos de debates que han circulado alrededor de la cinta durante los años. Mientras tanto, encuentro que el alma de la película está en los momentos donde Major se sienta y reflexiona sobres su misión y qué implicaciones tiene para su propia existencia.
Donde Ghost in the Shell se diferencia entre las (humildes) imitaciones es en su filosofía. La Inteligencia Artificial ha sido un tema de relevancia dado a su inesperada llegada hacen unos años atrás y películas como The Matrix mueven el diálogo hacia un ángulo más trágico para la raza humana. Vemos este ejemplo presente en la cinta por las hermanas Wachowski durante la escena famosa entre Neo y Morpheus cuando el líder de la resistencia le explica lo que es la simulación del Matrix y las consecuencias que sufrieron los humanos por experimentar con la tecnología.
En cambio, Mamoru Oshii provee una mirada más simbiótica entre los humanos y la tecnología, sugiriéndonos que necesitamos de nuestras propias creaciones para evolucionar. Es peculiar lo diferente que ha sido explorar la perspectiva que ofrece esta famosa cinta anime sobre las máquinas en nuestra sociedad cuando la comparas con las contrapartes en Hollywood con sus SkyNet y Hal-3000.
Y si no le quieres buscar significado a la película porque es un tema muy complejo, lo bueno es que la película, visualmente, sigue estando en las grandes ligas. Ghost in the Shell ofrece una de las animaciones más guapas que han producido en Japón. Su estilo de arte aún se traza en los proyectos de ciencia ficción más recientes y ha influenciado a un sinnúmero de artistas alrededor del mundo.